miércoles, 10 de abril de 2013

Trabajo Practico Numero 1


                          Los Kurdos: del nomadismo al Nacionalismo 

Los kurdos son una nación sin estado que vive principalmente en las montañas de Taurus al este de Anatolia (Turquía), en las regiones de Zagros y Khorasan (Irán) y en el norte de Iraq. 
A todo este vasto territorio se le denomina el Kurdistán. Su subsuelo tiene una de las mayores reservas acuíferas y petrolíferas de medio oriente. Prácticamente todo el crudo extraído por Turquía y Siria y un tercio del que se extrae de Irak provienen de los pozos perforados en territorio kurdo. Esta es una de las razones de por qué los estados de Iraq, Irán, Turquía y Siria no están dispuestos a hacer ninguna concesión soberana al pueblo Kurdo.
Poblacionalmente se estima que, incluyendo las comunidades existentes en Armenia, Georgia, Kazajstán, Líbano y Siria, suman más de treinta millones de kurdos: el mayor pueblo del mundo sin estado propio.

Un Poco de Historia
 Durante siglos los Kurdos fueron nómades en las planicies mesopotámicas y en las zonas montañosas de Irán y Turquía, dedicados a la cría de ovinos y cabras. Excepcionalmente han sido agricultores. Luego de la primera guerra mundial, muchos de ellos se vieron obligados a trasladarse a zonas urbanas, dejando atrás sus formas tradicionales de vida.
Considerados grandes guerreros ("kurdo" significa ´héroe en persa), paradójicamente, han vivido siempre dominados. No obstante, los kurdos gozaron de relativa autonomía tanto durante el Imperio Persa como al principio del otomano. A partir del siglo XIX, no dejaron de sucederse las rebeliones kurdas en demanda de mayor autonomía. Sin embargo, el feudalismo tribal y la falta de un liderazgo común impidieron la creación de una conciencia nacional mucho más temprana y contribuyeron a sofocar los numerosos levantamientos kurdos que se produjeron en los últimos 200 años.
A pesar de que han ocupado el mismo territorio por más de 3 mil años, nunca lograron un estatuto de autogobierno pleno y mucho menos la conformación de un estado propio. El Tratado de Sèvres, suscripto en 1920, que le otorgaba la autonomía al Kurdistán, nunca fue ratificado por las superpotencias vencedoras de la primera guerra mundial. Le sucedió, en 1923, el Tratado de Lausana, que ya ni siquiera mencionaba ni al Kurdistán ni a los kurdos. Después de la Primera Guerra Mundial la región se sumergió en un proceso de fragmentación y violencia, con la aparición de movimientos separatistas que se levantaron en armas.
 El pueblo kurdo es indoeuropeo y su sociedad es fuertemente tribal. A pesar de haber sido islamizado por la dominación árabe, aún mantiene fuertes tradiciones vinculadas con la religión mazdeísta de sus orígenes, como la adoración por la naturaleza. El jeque es la máxima autoridad que aún hoy día se reconoce -aunque ésta se ha desprestigiado en el seno de los grupos urbanizados, debido al proceso de destribalización que significó su adaptación a la vida de la ciudad-. En algunos casos, y aún cuando la ley no lo permita, como en Turquía, los kurdos practican la poligamia.
 La Relación con los Estados Opresores
La represión ha sido una constante en los países con población kurda. Las matanzas y la destrucción de sus pueblos y ciudades, así como la desaparición de miles de kurdos en operaciones militares, han obligado a casi un millón de ellos a vivir lejos de su hogar.
 En Turquía, el gobierno ha aplicado tradicionalmente políticas discriminatorias con los kurdos, privándolos de su identidad -designándolos como "turcos de la montaña"-, prohibiendo tanto su idioma (y considerándolo como un dialecto derivado del turco) como algunas de sus costumbres más características. Por su parte el gobierno iraquí implementó una política de desplazamiento de sus poblaciones, generó confrontaciones armadas, y en los 80 años llegó a lanzar armas químicas letales sobre poblaciones enteras. En quince años hubo más de 400.000 kurdos muertos en Irak